Alcacer Punto final
Alcácer: Toda la verdad
Francisco
Pérez Abellán ha llevado a cabo una larga investigación sobre el que puede
calificarse “del
mayor misterio de todos los tiempos en la historia criminal española”: Alcácer,
el asesinato de Miriam, Toñi y Desirée. Diez años después de aquel 13 de
noviembre de 1992, en el que las pequeñas desaparecieron, Pérez Abellán,
especialista en investigación periodística, ha encontrado una serie de
novedades que establecen la explicación final. Estas son las conclusiones:
1.-
En primer lugar, los asesinos materiales
fueron tres.
Dos principales y un tercero que se unió en Catadau, cuando los
principales suspendieron las torturas para alimentarse.
2.-El
móvil, sin ninguna duda, fue el abuso sexual.
3.-Hubo
dos clases de criminales, unos que actuaron dando muerte a las niñas y otros
poderosos “voyeurs” o mirones, que se delatan al fingir la falsa fuga de
Antonio Anglés.
4.-
Antonio Anglés fue muerto y enterrado por ajuste de cuentas con la banda, antes
de que aparecieran los cadáveres de las niñas.
5.-
La fuga fue fingida y preparada por una organización con poder suficiente para
suplantar al supuesto huido y dejar indicios que confundieron a todos.
El
relato de los hechos, reconstruidos literariamente,
se encuentra en “Alcácer: punto final”, obra publicada por ediciones
Martínez Roca. Que no es un libro sobre las víctimas, sino sobre los asesinos.
En esta obra se incluyen en total exclusiva una serie de cartas autógrafas del
único criminal condenado por esta causa, Miguel Ricart, que se aportan como
caudal de información y material para entender la mente del asesino.
Decir
que se trata de una nueva teoría es un poco despectivo.
Es la indagación de la verdad histórica desarrollada a lo largo de
mucho tiempo. El caso Alcácer se resume así, según las nuevas conclusiones:
Ricart fue el hombre de las decisiones, el jefe de la banda; Antonio Anglés
murió asesinado nada más terminar su participación en el secuestro y
asesinato de las tres niñas. Su fuga “imposible” es el gran rastro de que
hubo en realidad una “mano negra” en el caso Alcácer. Tras asesinar a las
niñas, Miguel Ricart, que es en esencia un violador, dejó sobre su tumba en
“La Romana” los papeles que Antonio Anglés llevaba en los bolsillos. El
nombre Anglés obligaba a la investigación; en cuanto descubrieran los cuerpos
irían a por los Anglés. Ricart no pensaba que le atraparían a él, que estaba
viviendo en casa de Neusa, ya sin Antonio, casi tres meses. Tenía necesidad de
trazar una coartada para mantener vivo el “fantasma de Antonio” y por eso
hizo, o mandó hacer, la “llamada de los kellogs”. La que quedó grabada en
el contestador de Kelly: “Soy Rubén (Antonio Anglés), dile al Rubio que vaya
a donde tenemos “la maneta y el disco de la moto”, que lleve la leche y los
kellogs”. Un
mensaje “auto-dirigido” para dar la idea de que Antonio andaba escondiéndose
por ahí, cuando estaba criando malvas. Al desaparecer Antonio se rompe con el
eslabón perdido, que relaciona a los criminales de vía estrecha con la
organización poderosa de los pervertidos, que pudieron encargar el espectáculo
sexual. Muerto Anglés nadie puede relacionarlos con los crímenes.
FRAGMENTOS
ESCOGIDOS DE LAS CARTAS DE MIGUEL RICART DESDE LA CÁRCEL (SE PUBLICAN ÍNTEGRAS
EN EL LIBRO “ALCÁCER: PUNTO FINAL”)
CARTA
15.- (29-6-1998)
Referente
a un comentario de la madre de Toñi.-
“¿Qué
raro, no? Hace tiempo decía que yo era un cabeza de turco y ahora dice que soy
culpable. Esas personas son idiotas, estúpidas, hipócritas y, para postre,
desvariadas psíquicamente. ¡En fin!”
¿Quién
eran y cómo eran las chicas de Alcácer?
“Esa
pregunta me la he hecho yo muchas veces. A lo mejor no eran unas Angelitas y,
podían ser lo que la gente menos se espera ¿No? En fin el que lo sabe bien es
Dios y algún día lo sabremos.”
CARTA
17.- (26-8-1998)
Carta
20.- (2 Mayo 1999)
“Bueno,
respecto a lo que te dijeron los abogados del Tribunal Supremo, de que me iban a
volver a condenar eso no lo creo, ¿sabes por qué? Porque la opinión pública
está a mi favor y los padres de las niñas también, tanto Fernando García
como Fernando Gómez y eso es un punto muy importante a mi favor”.
Respecto
a los Anglés:
“Ahora
también te digo una cosa, todos los Anglés saben que soy inocente. ¡Pero
todos sabemos que la familia Anglés algo sabe del
Caso Alcásser, por eso Kelly insiste en mi más absoluta inocencia, pero
una cosa tengo clara: La familia Anglés, bajo mi punto de vista saben más de
lo que ellos aparentan saber, pero el Señor les juzgará y les condenará y se
pudrirán en el infierno por NO arrepentirse de sus pecados. Pero, en fin, allá
ellos con sus conciencias.”
“Respecto
a Antonio yo siempre he dicho que está muerto. Desde luego, del Anglés, no
quedan ni los huesos”.