Los marqueses de Urquijo fueron asesinados de madrugada en su chalet de Somosaguas. El marqués apareció muerto de un tiro en la nuca y su esposa de dos disparos, uno en la boca y otro en la yugular. Ocurrió en la amanecida del 1 de agosto de 1980. Diecisiete años después se ignora la parte más importante del crimen. Los principales asesinos están en libertad. Pagó por este crimen Rafi Escobedo, el asesino con cara de niño. Durante muchos años parecía que se trataba de un chivo expiatorio. En realidad hoy puede afirmarse con toda seguridad que Escobedo mató a su suegro mientras dormía con una pistola del 22. Pero no lo hizo solo. Estaba acompañado por varios cómplices. Uno de ellos mató a la marquesa. Este libro cuenta toda la verdad conocida. Uno de los principales asesinos está huido fuera de España y el "cerebro" de "la romería" que acabó con los Urquijo nunca fue descubierto. Pero faltan tres años para que se cumplan veinte. En cualquier momento podría surgir la pista definitiva que llevara a su total esclarecimiento. Es uno de los crímenes más famosos de todos los tiempos que figura por derecho propio entre los 50 más famosos de la crónica de la España Negra.

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